RECURSOS. EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y TÉCNICA DE LA ENFERMERÍA INFANTIL.

Para comprender su importancia y los conceptos que la sustentan, hay que conceptualizar el término para conocer su evolución, por Enfermería Materno Infantil habrá de entenderse a aquella que se encarga de realizar actividades y tareas relacionadas con las mujeres embarazadas o parturientas como con los niños recién nacidos, que requieren todo tipo de atención, cuidados y mucho compromiso.

Se define como todos los cuidados que se proveen durante y después del embarazo tanto para la madre como al niño. Es decir, tiene como objetivo prevenir complicaciones o enfermedades que puedan interferir en el funcionamiento normal delciclo reproductivo, el embarazo y el nacimiento.

Se ocupa del control y cuidado de la salud reproductiva de la mujer, los signos vitales de la madre y de la criatura durante el embarazo, la nutrición, el momento del parto y el posterior desarrollo del bebé una vez nacido: crecimiento y adaptación. Ofreciendo un cuidado integral a la gestante y a su familia con el fin de mejorar su salud, prevenir complicaciones y ayudar a que tengan mejores condiciones de vida.

Proporciona los conocimientos y las herramientas teórico-metodológicas para detectar, valorar, diagnosticar y elaborar el plan de cuidados, ejecutar el plan de cuidados con base en el método científico, congruente con las necesidades de salud del trinomio: madre-hijo-familia; de tal forma que, en su práctica profesional actúe con una actitud responsable y comprometida con el entorno social y ambiental con una visión de trabajo multidisciplinaria e interdisciplinaria.

Su objetivo principal prevenir la presencia de cualquier tipo de complicaciones o de enfermedades que puedan alterar el ciclo normal reproductivo, embarazo y nacimiento de la criatura. Por lo que, se ocupa tanto de la madre como del niño al comenzar su desarrollo dentro del vientre de la madre.

Antiguamente, quienes se encargaban de estas acciones se conocían como “matronas”, derivada del latín, asociada a quien provee cuidados a la madre gestante y al bebé.  Otros términos son: comadrona y/o partera. Su función era educar a las mujeres embarazadas sobre su estado fisiológico, dándole consejos y recomendaciones para que en esta etapa de su vida, no se presenten anomalías tanto para ella como para el feto y evitar complicaciones en la hora del parto y trabajo con los niños llevando su control de peso, talla, vacunas, entre otras acciones más.

A lo largo de la historia del hombre, en cuanto a su supervivencia, han aparecido distintas costumbres que se adecúan a creencias y necesidades humanas; de ahí, la atención materno-infantil ha permitido que el aseguramiento de la permanencia de la especie humana se logre, gracias a la participación de los individuos responsables de dicha misión.

Por ejemplo, en la sociedad mexica, está la figura de la Tlamatquiticitl, la partera, tomada como una sacerdotisa, que entre sus funciones está la salud y la estabilidad de las familias por sus amplios conocimientos de herbolaria. Cuida de la embarazada y del niño menor de 5 años; orienta a la mujer en cuanto a su higiene y a los cuidados que habrá de tener en el transcurso de la gestación; además de su interés por la salud mental de la embarazada y del niño; por ejemplo, recomendaba no enojarse o asustarse para no recibir una emoción fuerte y evitar el aborto de este modo; impidiendo que el feto sufriera algún daño. Por eso, sólo una mujer es capaz de cuidar a otra mujer, ya que entiende los momentos por los que atraviesa. La atención del recién nacido involucraba el cuidado del estado físico y psíquico o cualquier otra alteración que se presentara en el momento. Además, hacía hincapié en la importancia de la lactancia materna, así como, vigilar la cuarentena, dar baños de temascal y consejos sobre la alimentación; recomendaba el aseo y reposo personal y enseñaba a la madre cómo cuidad a su hijo.

Era consejera matrimonial, orientaba a las parejas sobre cómo lograr ser buenos padres y sobre las normas morales sexuales; detectaba enfermedades de origen sexual y daba el tratamiento adecuado. Su formación venía desde la niñez, por    su madre ya abuela. Como requisito indispensable, el tener un hijo y acreditar un examen de destreza para obtener la licencia.

Durante la Colonia, la atención se reduce a la asistencia de la mujer en el parto, realizada por las indígenas al creer que tendrían más experiencia. Dicha práctica se restringe al conocimiento heredado de generación en generación, aunque atendían sólo a la población marginada. La clase alta era atendida por los médicos. La partera indígena sólo atiende el parto, ya no, así, el control prenatal y la vigilancia al niño. Las religiosas atendían los aspectos de enfermería y aspectos espirituales, pues la Iglesia administra los recursos de los hospitales. La partera indígena sufre de discriminación racial y segregación por su condición de mujer.

Durante los siglos posteriores, hasta el XVII y XVIII, la conducta discriminatoria hacia las mujeres curanderas y parteras (matronas o comadronas), se recrudece; mientras que el médico la relega como ayudante que se encarga de las funciones manuales: bañar al recién nacido o cambiarlo de ropa. La partera atendía en el domicilio de la parturienta en condiciones poco favorables de higiene, el cordón umbilical lo cortaban con un vidrio y la cauterizaban con tizne de comal o tela de araña.

Durante la Revolución Mexicana, la mayoría de las mujeres embarazadas se autoatendían en sus partos o eran auxiliadas por sus compañeras en el campo de batalla para continuar de inmediato el camino que seguían los revolucionarios. Los recién nacidos se alimentan con leche materna, pero si no podía darle su propia madre, otra mujer lo alimenta.

Sin embargo, la figura de la partera se consolida con la aceptación que tenía en la atención materno infantil, tanto en el hogar como en los centros hospitalarios, aunque su actuación fue disminuyendo en estos centros, pero es aceptada en el hogar, en la comunidad donde prefieren que sea otra mujer la que asista el parto.

Sin embargo, la insalubridad, la poca educación higiénica de la población, las insuficientes instituciones hospitalarias, la escasez de “mujeres que cuidan enfermos”, así como enfermeras y médico, que dieran una atención adecuada, en especial, en las enfermedades altamente infecciosas y contagiosas, dan como consecuencia la promulgación de la Ley del Seguro Social de 1943, la actividad de enfermería es en consulta externa y su participación en la educación de higiene y aspectos dietéticos, pues el médico era el encargado de efectuar la labor del cuidado de la mujer embarazada. Sólo hasta 1957 se inicia una efectiva educación formativa de la Enfermera Sanitarista, es decir, el personal especializado que se capacita en la atención materno-infantil, pero de inmunizaciones en el menos de 5 años y en la embarazada; además de los aspectos sobre nutrición, centrando su atención a la embarazada y al niño.

Durante esa época, las parteras tienen entre sus funciones: valorar a la paciente en admisión, vigilar el trabajo de parto, atender partos eutícicos, efectuar revisiones de cavidad y proporcionar cuidados al recién nacido; pero no controla el embarazo. La mayoría de estas atendía partos a domicilio, adaptando las técnicas hospitalarias al hogar, pues un porcentaje de mujeres no contaba con derecho a ser atendida por alguna institución de salud.

Al reestructurarse la especialidad médica de Gineco-Obstetricia, las parteras ya no se consideran capacitadas para atender a las embarazadas, por ser de alto riesgo, por lo que no se les autoriza efectuar cirugías ni extender certificados de defunción. Sin embargo, el modelo de atención es insuficiente, no cubría las necesidades de salud dando como consecuencia que la mortalidad materna e infantil continuaran siendo las primeras causas de muerte general, al menos en México.

Pese a ello, en 1978, se determina que la atención a las mujeres embarazadas es prioritaria, por lo que (en México) el IMSS estructura un programa para hacer eficientes y accesibles los servicios de salud de la población materno infantil con  una visión de prevención e integralidad, esto es, el embarazo en controlado en  las Unidades de Medicina Familiar; en los hospitales la paciente es atendida por un médico obstetra; con lo cual, en 1982 se forma el Programa Materno Infantil para mejorar la calidad de la atención, optimizar recursos e incrementar la cobertura de mujeres en etapa pre-gestacional, intergestacional, mujeres embarazadas y niños menores de 5 años. Además de la atención médica basada en el concepto de riesgo; la conformación del equipo multidisciplinario, atención médica integral y supervisión y evaluación escalonados. Con lo cual se incluye a la enfermera general en el programa materno infantil en 1983, con funciones específicas en la educación para la salud.

Por lo que, los conocimientos de la enfermera materno infantil son necesarios para que se permitiera identificar los signos de alarma o riesgo en la embarazada de bajo riesgo al interpretar los resultados de laboratorio, el monitoreo mensual del crecimiento uterino, peso y presión arterial, la búsqueda intencional de edema y condiciones del foco fetal, así como del interrogatorio. Asimismo, orienta a la embarazada acerca del momento del parto y sobre la importancia de la relación madre-hijo.

En cuanto a la vigilancia del crecimiento y desarrollo del menor de 5 años, se establece el monitoreo periódico del peso y talla, para evaluar el estado nutricional del niño, enfocando la orientación dietética al informar a la madre sobre el desarrollo psicomotor y le enseña a identificar los aspectos de maduración neurológica y de factores de riesgo en el niño. Además, enseña a la madre las técnicas relacionadas con la estimulación temprana del niño a través de ejercicios según su edad; está al pendiente del esquema de vacunación.

La participación de la Enfermera en la salud reproductiva se dirige a las embarazadas y madres de niños menores de 5 años, identificando el riesgo y expectativas reproductivas; fomenta la aceptación de un método anticonceptivo en el proyecto de planificación familiar en la mujer o evalúa la satisfacción de este en el caso de las usuarias.

No es fácil concebir a la enfermera fuera de la visión del personaje que mitiga el dolor y en todo lo relacionado con la enfermedad, incluyendo la muerte; no logran vislumbrar que sus acciones están presentes en distintos campos de acción, como actuar antes de que el dolor, la enfermedad y la muerte hagan acto de presencia en el individuo y su familia. Con la enfermera experta en atención materno infantil no es excepción, sin embargo, su principal acción se da en el primer nivel de atención, con funciones que se enfocan en la identificación oportuna de factores de riesgo en la embarazada de bajo riesgo y en el menor de 5 años; así como proporcionar educación personalizada y acorde a los riesgos de identificados para que aprende el autocuidado de la salud y prevención.

Referencias.

Definición.

http://www.definicionabc.com/salud/enfermeria-materna-infantil.php

Definición.

http://www.aulaenfermeria.org/articulo/enfermeria-materno-infantil.html

Cristina Ramírez, “Evolución del cuidado materno infantil”, Rev. Enfermería IMSS vol.9, no. 1, 2001.

file:///C:/Users/Computo_2/Downloads/RevEnf-1-01-2001-Evoluci%C3%B3n%20del%20cuidado%20(1).pdfm  

Imelda Castañeda, Síntesis histórica de la partera en el Valle de México.http://maternidadsinriesgos.org.mx/documentos/cronologia%20partera%20y%20servicios%20de%20salud.pdf

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