Un desastre petrolero siempre es alarmante, sin embargo, cuando se trata de una zona marítima, especialmente, en una isla, es un desafío el poder controlarlo. Esto sucede en el Océano Índico, en la isla Mauricio, tras el desastre ecológico provocado por un petrolero japonés en un santuario de vida silvestre, que queda cerca de una isla con arrecifes coralinos muy raros y únicos en el mundo.
El barco petrolero de Japón, contenía 4 mil toneladas de crudo, de las cuales se han derramado mil toneladas, por lo que, el Primer Ministro de esta zona ha declarado estado de emergencia y solicitó ayuda de Francia, ya que era una antigua colonia de este país, para la limpieza.
Sin embargo, los habitantes de esta isla han puesto manos a la obra para contener los daños, su estrategia principal es armar barreras absorbentes hechas de bolsas entretejidas que rellenan con paja, caña y pelo humano.
Ello porque el pelo humano, aunque no absorbe agua, es ideal para la limpieza del petróleo, ya que logra que se adhieran a él los aceites y el petróleo; por esta razón han comenzado una campaña de recolección de pelo humano para luchar contra el derrame.
Por si fuera poco, el pelo humano es un producto natural, barato y renovable, sin olvidar que es biodegradable.
Esta idea de usar pelo humano contra derrames de petróleo surgió a partir de un accidente en Alaska (1989), cuando un peluquero de Alabama, al observar las imágenes en televisón de una nutria marina bañada en petróleo, nota cómo se adhería a su pelo; de esta imagen comenzó a experimentar en su casa, al usar una media de su esposa para llenarla con pelo de sus clientes, posteriormente, metió esa media en una bañera con una mezcla de agua y petróleo, comprobando, de este modo, lo eficiente que era para limpiar el agua.
Por lo que, en todas las peluquerías de la isla se ofrecen descuentos o cortes de pelo gratis para que todos los residentes donen su cabello; asimismo, a los turistas y residentes extranjeros se les ha solicitado su ayuda.
De este modo, un grupo de voluntarios se dedica a llenar cilindros flotantes con pelo, paja, cañas y plumas, para colocarlos en la superficie del agua.
Otros voluntarios, como buzos y pescadores participan en los operativos de limpieza, unos más, proveen de alimentos o estadía en cabañas para los voluntarios.
El único problema de los cilindros con pelo humano, plumas y demás no son muy flotantes, suelen hundirse, por lo que deben los voluntarios estar en constante vigilancia.
Referencia.
Cabello humano, la alternativa para combatir los derrames de petróleo en el mar, en El Universal 12 ago 20