Las preocupaciones constantes pueden afectar a las personas, provocan un estado permanente de ansiedad, que, en determinadas situaciones, puede ser beneficioso, como ejemplo, esperar los resultados de un examen a cuidad su propia salud.
Las personas que se preocupan por el cambio climático lleva a que impulsen cambios para enfrentar la amenaza. Pero, si la preocupación es extrema, entonces se pueden presentar problemas de salud física y mental, interrumpiendo el ciclo normal del sueño y dificultando la toma de decisiones.
Pero a niveles moderados, la preocupación es beneficiosa, ya que es constructiva y ayuda a centrarse en el futuro y a sacar mayor provecho del potencial de las personas para emprender una acción para solucionar un problema, establecer una estrategia o sólo para recordar que deben resolverse algunas cosas.
De ahí que, la preocupación constructiva establezca pasos para ser mejor aprovechada. Estos son:
- Identificar la preocupación.
- Enlistar una serie de posibles acciones para lidiar con el problema.
- Si ya se tomaron todas las acciones posibles, entonces hay que intentar “dejarse llevar”, mantener la atención y estar abierto a lo inesperado.
Con ello se mantienen alerta los pensamientos creativos en la incertidumbre.
Referencia.
La ansiedad y las preocupaciones también ayudan a cambiar tu vida, en El Universal 1 sep 2020.