LO DESTACADO. LOS DINOSAURIOS Y LA INTELIGENCIA DE LOS NIÑOS: INTERESES INTENSOS.

El gusto por los dinosaurios no es nuevo en los niños de entre 2 a 6 años, debido a los intereses que se desarrollan, que son diversos, sin embargo, la fascinación que sienten los infantes les ayuda en sus procesos de aprendizaje.

Las exhibiciones de dinosaurios son las más exitosas en los museos y parques, así como las películas como Godzilla o Parque Jurásico, gracias mezcla de terror y excitación que todos, adultos y niños, sienten al respecto de los dinosaurios, ya sea por la fascinación de los “malos” de la prehistoria, ya que se sabe perfectamente que han dejado de existir.

Pero que, al jugar o leer acerca de los dinosaurios, se puede recrear su ambiente, su vida y lo que hubiera sido vivir junto a ellos, eso fascina a los niños, que, a pesar de no saber los nombres de memoria (tiranosaurio, diplodocus, triceratops, etc.) sí conocen sus hábitos alimenticios, adaptaciones y todo lo nuevo que traen consigo los descubrimientos de nuevos fósiles. Donde hasta el momento se han encontrado más de 700 especies de dinosaurios extintos y cada año se identifican alrededor de 30 especies nuevas.

Tan sólo en México, con el descubrimiento de más de 50 mamuts enterrados en la zona de lo que será el nuevo aeropuerto en Santa Lucía, la imaginación se desborda.

Un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale (EU) descubrió que los niños tienden a interesarse de forma intensa por un objeto en particular al haberles mostrado vehículos, pelotas, libros, muñecas y dinosaurios, estos últimos les llaman más la atención a los niños que a las niñas, permitiendo una adquisición de conocimiento en un dominio específico.

Ello puede ser influencia consciente o inconsciente de los padres y demás adultos que rodean a los niños y a los juegos, con lo que crean la sensación de estar en un “mundo de adultos”, ya que los niños se sienten con autoridad y poder al recrear el comportamiento y conducta de los grandes y prehistóricos animales.

En otro estudio (2008), se señala que los intereses intensos ayudan a los niños a aprender a categorizar, elevan su nivel de atención, son más perseverantes y mejoran sus niveles de procesamiento de la información. La obsesión por los dinosaurios se da entre los 3 y 6 años de edad, para, posteriormente, desvanecerse.

Sin embargo, el porqué del gusto y obsesión de con los dinosaurios no se sabe qué los desencadena, sí puede saberse en qué momento exacto o qué acontecimiento desató ese interés intenso; sigue estando bajo un velo de misterios, aunque se relacionen con la fantasía que despiertan para descubrir que estos animales existieron en la realidad, esto gracias a la percepción de la forma, ese “algo” que les llama la atención y que podrían llegar a dominar distintos aspectos de su vida. Con esto los niños crean estrategias para enfrentar diversas situaciones y problemas a lo largo de su vida. 

De esta forma, la obsesión con los dinosaurios puede ser el modo en que un niño aprende un tema nuevo de forma familiar, a partir de divertirse, de jugar, haciendo preguntas y encontrando las respuestas, ya que explorar el tema y dominarlo les ayudará en su vida adulta.

A pesar de que este interés intenso llega a menguar conforme el niño va creciendo, gracias a la interacción con otros niños de manera cotidiana, el reforzar positivamente dicho interés ayuda a que el niño encuentre nuevos intereses, desarrolle nuevas habilidades y aptitudes y, ¿por qué no?, llegar a ser un investigador o un científico que ayude a comprender su entorno.

Referencia.

Fascinación por los dinosaurios, en Más por Más, 10 ene 21.

https://www.maspormas.com/especiales/gusto-por-dinosaurios/

Por qué a la mayoría de los niños les fascinan los dinosaurios, en Semana 4 nov 18.

https://www.semana.com/educacion/articulo/por-que-a-la-mayoria-de-los-ninos-y-a-muchos-adultos-tambien-les-fascinan-los-dinosaurios/562924/

Estudio afirma que niños a los que les gustan los dinosaurios son más inteligentes, en La Opinión 12 mar 19.

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